Este blog puede producir sobrecarga de felicidad.

martes, 14 de febrero de 2012

Y, tú y yo, que conocíamos el número después del infinito.

Intenté de olvidarlo ocultando mis sentimiento y ignorando mi propio llanto. Aún te busco, te encuentro, me miras, te veo, ¿sientes ya esa sensación de habernos perdido? ¿Aún no?Pues sigamos. Traté de no ahogarme más con mis propias lágrimas, de despejar los besos, de olvidar lo fuerte que me hacía tenerte conmigo, era como si el mundo se fuera y me olvidara de todo lo que venía después. Tenerte era la única forma de olvidar todo el pasado que un día me comía lentamente. Y sigo pensando que no quiero otra persona que no seas tú; y ahora todas esas frases bonitas que sonaban a magia quedarán olvidadas en la última libreta de un cajón. Y, tú y yo, que conocíamos el número después del infinito. Tú y yo, discutiendo para ver quién daba más por amor, quien se dejaba la piel, quien quería más a quien. Eras la parte incompleta que siempre me había faltado, me llenabas y sentía realmente que estaba viva. Ambos nos arrastrábamos, tú por mi y yo por ti, el orgullo en ningún momento ganó al corazón,siempre temimos perdernos, nunca quisimos gastar el amor. Conocíamos el sexto sentido. El mismo cosquilleo que sientes cuando te elevan muy alto, esas mariposas en el estómago, eso sentía cuando estaba contigo, sí, estaba tocando suelo, pero como si estuviera en mi mundo, en el infinito. Entendías mis razones pero nunca acabaste de comprenderme, dábamos todo y lo único que nos quedaba, lo queríamos mantener siempre; y ahora que no te tengo, comprendo que cabrearnos día sí y día también era mi tesoro. Y no, no me preguntes como estoy, porque desde luego no estoy mejor que estando contigo; y, todo es como si todo no existiera, como si las reglas que nos saltáramos nunca hubieran existido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario